La Música Visual de Mary Hallock-Greenewalt

Think Tank · 25 Jul, 2021

La fusión de la música y lo visual tiene en sus orígenes en Mary Hallock-Greenewalt, nacida en 1871 en Beirut. Mary se introdujo en la música a través de las lecciones de piano que le daba su propia madre, para posteriormente terminar estudiando en la Academia de Filadelfia en Estados Unidos.
Con 27 años ya era concertista, sin embargo enfrentó duros inconvenientes ya que los productores musicales de aquella época insistían en que sus presentación fuesen más «sensuales», lo que en vez de desanimarla, la motivaron para crear algo completamente innovador. Conjugó su música con luces, idea ya denominada como “Música Visual”.
 

 
Sus primeros intentos consideraban pintar una película fotográfica y proyectarla con una “Linterna Mágica”, diseño que no la convenció del todo, sin embargo en sus anotaciones menciona su “primermapeadode secuencias de color”, concepto que en la actualidad es uno de los más desarrollados en arte digital.
Posteriormente construyó un órgano y en 1919 desarrolló un fonógrafo que cumplía a la perfección la sincronización de música y luces el cual denominó como Sarabet, en honor a su madre, mientras que a su arte lo llamó Nourathar (una combinación de los términos árabes nour (luz) y athar(esencia).
 

 
El mecanismo de Sarabet, incluía una mezcla de palancas que activan a reóstatos, (dispositivo que controla la intensidad de la corriente) y emitían luces de colores con intensidades variables. Fabricó dos modelos, que donó finalmente a Nueva York.
Lo interesante de la creación del fonógrafo y sus piezas principales como los reóstatos, que fueron patentadas por Mary, es que prontamente se convirtieron en elementos imprescindibles para instrumentos electrónicos, para incluso posteriormente refinarse en artefactos tan increíbles y sofisticados como los sintetizadores.
En 1932 General Electric quiso apropiarse de alguna de sus patentes, a lo que el juez determinó que el reóstato era demasiado complejo para haber sido creado por una mujer, sin embargo, Greenewalt apeló y finalmente ganó el caso.